El poder del hombre para destrozar lo que le rodea no tiene límites. Hace unos días nos enterábamos de una explosión en una planta petrolífera frente al Golfo de México. Esta nueva marea negra sobrepasa ya a la fuga sufrida frente a las costas de Alaska por el Exxon Valdés hace unos años. Por muchas medidas que se adopten las corrientes marinas son imprevisibles, pudiendo arrastrar esta nueva mancha hacia cualquier lado.
